La otoplastia generalmente cuesta entre $ 2,960 a $ 5,000 para ambos oídos.
Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS), el costo promedio de un procedimiento de otoplastia en 2018 fue de aproximadamente $ 3,100.
La otoplastia es una técnica quirúrgica utilizada para resolver las deformidades de la oreja. Estas deformidades pueden ir desde la ausencia total de oreja (llamada microtia) hasta la proyección de la misma.
Esta operación no mejora la funcionalidad de la oreja, por lo que no aumentará la audición del paciente, pero sí mejora su aspecto físico y su autoestima.
En los casos de reconstrucción de la oreja por ausencia de la misma (microtia), se usa la técnica de Brent, que es un procedimiento quirúrgico y artesanal en cuatro pasos que reconstruye la oreja en dos años.
Esta enfermedad congénita, muy poco frecuente, puede afectar a una de las orejas o a las dos. Si es bilateral, el riesgo de perdida de audición es mayor, aunque se puede alcanzar un buen nivel auditivo con la cirugía reconstructiva de orejas y audífonos de conducción ósea.
La técnica de reconstrucción de orejas sigue estos cuatro pasos, que deben realizarse dejando al menos tres meses entre una y otra:
También puede realizarse una cirugía reconstructiva en las orejas dañadas por una lesión. Los lóbulos desgarrados se corrigen con procedimientos ambulatorios pero una reconstrucción total requerirá mucho tiempo de tratamiento quirúrgico.
En los casos de proyección de oreja por falta del helix o antihelix, se reconstruyen estos mediante cirugías.
La otoplastia puede utilizarse también para remodelar el aspecto de una o ambas orejas, reducir su tamaño o el de los lóbulos o eliminar y remodelar la piel y el cartílago excedente de las orejas en coliflor (orejas plegadas y dañadas en su forma y estructura por golpes repetidos).
Si lo que preocupa al paciente es el tamaño y la forma de sus orejas más que su proyección, puede someterse a una cirugía de reducción de orejas. En ella, el cirujano extraerá las partes no deseadas de cartílago y piel y remodelará la oreja para darle un aspecto más compacto.
Aunque muchos pacientes sólo requieren la corrección de una oreja, otros muchos tienen problemas estéticos en ambas. A estos pacientes se les realiza una otoplastia bilateral, que sigue el mismo procedimiento y tiene los mismos efectos secundarios y proceso de recuperación que la otoplastia simple, aunque hay más riesgo de comezón y palpitaciones.
Esta cirugía suele realizarse con anestesia local y sedación en adultos y con anestesia general en niños. Se recomienda realizar la otoplastia durante la infancia, ya que hay menos probabilidades de que la oreja regrese a su forma anterior, ya que si la oreja crece en una posición incorrecta, el cartílago auricular intentará regresar a la posición que ocupaba.
Para comenzar la operación, el cirujano realizará una incisión detrás de la oreja para exponer el cartílago. Luego remodelará el cartílago y quitará la piel sobrante. Si es necesario, colocará la oreja más cerca de la cabeza y cerrará la incisión. La operación suele durar entre una y dos horas.
Existen técnicas de remodelación que no requieren cortar el cartílago y que sirven para manipular la forma y posición de la oreja mediante puntos y suturas.
La mayoría de las personas que se someten a una otoplastia lo hacen buscando una mejora en su aspecto estético. Muchos niños con este problema tienen que enfrentarse a las burlas y el rechazo de sus compañeros de escuela, lo que les provoca una falta de confianza en sí mismos y un grave descenso de la autoestima.
Las personas que se someten a una otoplastia suelen padecer alguno de estos problemas:
Para poder decidir si una persona es una buena candidata para la otoplastia, hay que contemplar los siguientes puntos:
Dado que se trata de una operación sencilla, para ser un buen candidato a la otoplastia es suficiente con tener un buen estado de salud que nos permita pasar sin problemas por la anestesia y el proceso de recuperación. Las personas con problemas de coagulación o dificultades para cicatrizar, deberán comentar su caso con el cirujano para poder minimizar los riesgos.